Por: Tatiana Yelena Rodríguez Mojica. @tatiana_tatiy

Hablar de la sexualidad de las personas con discapacidad, especialmente de las mujeres, es un tema tabú y que genera escozor.

Aunque en Colombia se ha avanzado en la legislación de los derechos sexuales y reproductivos de las personas con discapacidad, se vulneran constantemente y se invisibilizan. Según la sentencia T 573 de 2016 con la Resolución 19 04  de  2017: las personas con discapacidad son libres y autónomas para decidir sobre su sexualidad; así mismo, ningún profesional de la salud puede practicar procedimientos de esterilización o anticoncepción definitiva sin previo consentimiento de la mujer u hombre con discapacidad, no importa la discapacidad que se tenga.

Para María Angélica Benavidez, Directora de la Corporación Auris, Institución que trabaja hace 12 años defendiendo los derechos humanos de las personas con discapacidad y con un programa especial focalizado en los derechos sexuales y reproductivos;  uno de los factores que más incide sobre la sexualidad de esta población, son los mitos “ durante la historia, la sexualidad está cargada de mitos e imaginarios, que hacen creer que las personas con discapacidad son asexuadas, no aman, no sienten, como todas las personas; también se piensa que las que tienen pareja son explotadas económicamente, físicamente o emocionalmente”.

 Así mismo, para esta madre cuidadora de una joven con discapacidad intelectual, las personas con discapacidad son percibidas como enfermas y anormales. Resalta, que aunque la familia es un apoyo para las personas con discapacidad, también puede ser una barrera, porque muchas familias   convierten   a la persona con discapacidad en una persona torpe, dependiente, incapaz de aprender nada sobre la sexualidad y poco atractivas.

En el libro Descubriendo un Mundo Oculto de los autores Guillermo Rodriguez y Marisol Moreno, publicado en el 2012, se hace énfasis en la importancia de la familia en el desarrollo sexual de cualquier ser humano, “la identidad sexual comienza en la familia durante los primeros años de infancia con los comportamientos de imitación de los roles sexuales, que vienen dados culturalmente por los modelos establecidos para la familia y que se han creado a lo largo de la historia”, es cierto que a ninguna familia se le prepara para tener una hija con discapacidad, pero es fundamental que los padres o cuidadores busquen informarse y acudan a las diferentes instituciones para asesorarse y propender por el bienestar de todo el círculo familiar. 

La infantilización y sobreprotección que se le es dada a las mujeres con discapacidad desde la primera infancia, al negarles la posibilidad del reconocimiento y exploración del cuerpo y de relacionarse con los demás, es un factor que indudablemente incide en su desarrollo e identidad sexual.

Otro aspecto que no permite que una mujer con discapacidad pueda vivir su sexualidad plena, según María Angélica, es que la familia y la sociedad en general no concibe que una persona con discapacidad tenga deseos sexuales y mucho menos se relacione con otros y otras. Igualmente, señala que en los medios de comunicación se muestra a las mujeres con unos estereotipos de belleza exageradamente marcados, delgadas, altas y con cuerpos muy producidos, por lo que las mujeres con discapacidad están en desventaja porque las obliga a compararse y esto afecta su autoestima. En este sentido, en el libro Descubriendo un Mundo Oculto; se menciona que “Actualmente se observa un gran desarrollo técnico, tecnológico y científico que tiene como objetivo central la búsqueda de la perfección corporal, la aproximación a una serie de ideales culturales que se han construido del cuerpo perfecto o ideal y que, supuestamente, garantiza el acceso al mercado laboral y a una valoración alta en cuanto a su belleza y sus posibilidades de acceso a la vivencia de la sexualidad¨. Esa supuesta perfección, crea unos imaginarios sociales que obviamente aumentan la exclusión y discriminación de las mujeres con discapacidad; y que legitiman prácticas que van en contra del desarrollo humano, la calidad de vida y de los derechos fundamentales. Además, el machismo predominante en nuestra sociedad ha sido una constante en la vulneración de la mujer y por supuesto más aun de la mujer con discapacidad, sometida a una doble discriminación, por ser mujer y tener discapacidad; este ha permitido prácticas tan horribles y dolorosas como el abuso sexual un tema que poco se visibiliza y se denuncia, menos si la víctima es una mujer con discapacidad; por primera vez en Enero de este año, se publicó un estudio  realizado en el 2017  por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, que reveló que en ese año 341 personas con discapacidad, fueron abusadas sexualmente y de estas 278 son mujeres con discapacidad.  Es fundamental que en la academia se empiece a incluir la discapacidad como un tema de discusión, así mismo que los profesionales de las distintas instituciones, familias y sociedad en general se informen, aprenda de las personas con discapacidad. Como mujeres es necesario que aceptemos, reconozcamos y exploremos nuestro cuerpo;  también, fortalecer nuestro autoestima constantemente y fijarnos metas y propósitos, teniendo en cuenta siempre que antes de una discapacidad somos mujeres.

Si desea contactarse con la Corporación Auris puede escribir al correo: corporacionauris@gmail.com o al celular 310 576 66 67

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