Por: Tatiana Yelena Rodríguez Mojica. @tatiana_tatiy
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En estos tiempos de necesidades, angustia e incertidumbre debido al Covid -19, es urgente practicar la ética del cuidado donde prevalezca la solidaridad y el respeto por el otro y la otra.
Para Irene Comins 1992.
“Las tareas de atención y cuidado son necesarias para la satisfacción de las necesidades básicas de todo individuo, son fundamentales para la supervivencia y el bienestar. Por ello son consideradas importantes para el desarrollo humano y también para la existencia de justicia social”. Así mismo agrega esta autora: “La atención y el cuidado suministran por sí mismas la necesidad de afecto y apoyo emocional que todos los seres humanos tenemos”.
Según la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Colombia somos siete millones de personas con discapacidad, la gran mayoría de estas no tienen un trabajo estable y cientos viven de actividades informales en la calle, donde únicamente logran lo del diario.
Es alarmante que en esta coyuntura, en las políticas de ayuda generadas por el Estado no se están teniendo en cuenta las necesidades de las personas con discapacidad cuando constantemente somos vulnerados. Del mismo modo, es grave que algunas de las instituciones que representan las distintas discapacidades, se han conformado con difundir las mismas recomendaciones que abundan en los medios de comunicación, sin posiciones claras ni mecanismos adecuados que generen presión al Gobierno para que el presupuesto y las ayudas por esta emergencia lleguen a nuestra comunidad.
No más protagonismos, mensajes ridículos, ni intereses propios; es hora de la hermandad, del apoyo y de fortalecer la amistad.
Cientos de familias están conformadas por parejas con discapacidad, en su cuadra, conjunto, edificio, al lado de su casa puede encontrar algunos de estos hogares; por favor identifíquelos, velemos por su bienestar, es tan fácil ayudar, pregunte, a veces una palabra o un gesto solidario cambia una historia; si puede compartir algo de lo que tiene hágalo; recuerde que siempre podemos hacer algo por los demás y no nos cuesta mucho. Es el momento de actuar, de un cambio donde prevalezca lo humano y la ética del cuidado.
Como lo pregonamos en una marcha exigiendo nuestros derechos: “Una sociedad que garantiza los derechos de las personas con discapacidad, garantiza los derechos de todo un país”